
"Una persona no puede directamente escoger sus circunstancias, pero si puede escoger sus pensamientos y con seguridad, darle forma a sus circunstancias"
James Allen
Mamá, con tu amor y entrega me enseñaste a ser feliz
Nací en San José, Costa Rica, el diciembre 28 de 1952, siendo la cuarta hija de una familia de padres divorciados.
Durante la epidemia del año 1954, a la edad de un año, cuando empezaba a caminar, me afectó la polio y, según me cuentan, tuve mucha temperatura, y las piernas no me sostenían al tratar de pararme, por lo que me llevaron al hospital.
No sé cuánto tiempo estuve en esa condición, ya que mi madre no comentaba al respecto, pero si sé que ella tuvo el apoyo de todos sus hermanos, que eran nueve, así como de mi abuela materna
En mi familia todos los primos éramos como hermanos, así es que nunca me faltaron el cariño y la atención, pero me enseñaron a ser muy independiente.
La polio me dejó afectado el miembro inferior derecho desde la cadera. A la edad de diez años tuve mi primera cirugía que consistió en una artrodesia sub-astragalina del pie derecho, y osteotomía de tibia y peroné, de la pierna derecha. La última cirugía la tuve a la edad de trece años, la cual consistió en un injerto óseo de la cadera derecha. Después de los 13 años no volví a usar zapatos, ni aparatos ortopédicos. Y, es extraño, pero nunca me veía con médicos ortopedistas por cuestiones relacionadas con la polio; solo por caídas.
En realidad tuve una bonita infancia, no sentí mucho obstáculo, jugué, estudié, trabajé con mucha normalidad, hasta los casi 50 años de edad, cuando empecé a sentir algunos cambios físicos, que consistían en una movilidad más lenta y no tanta seguridad en la marcha, y a los 55 años tuve que usar bastón, como único soporte pero, eso sí, cada vez siento más débil mi pierna izquierda; la que no tiene secuelas de polio, y eso hace que ya no suelte este único soporte. A veces pienso que sería mejor usar dos bastones.
Conocí al “Grupo Polio y Efectos Tardíos México” y me integré a éste porque sentí la necesidad de saber qué me sucedía, pues sentía cada día más debilidad, y fue así como me enteré del Síndrome Post Polio, aunque en Costa Rica no lo ven como tal. Para mí fue una bendición encontrar este grupo.
Yo estoy muy agradecida con los moderadores del Grupo, ya que nunca más me sentí sola, ni desinformada y además, entre los amigos del grupo, tuve la oportunidad de conocer costarricenses con mi misma problemática y junto con ellos hemos hecho una muy linda amistad, además de que, con la iniciativa y ayuda de Sergio y Consuelo, la Asociación Costarricense de Personas Afectadas por Polio (ACPAP), hoy es ya una realidad, ya que el 19 de noviembre ha sido publicada en el Diario Oficial la Gaceta, nuestra inscripción en el Registro Nacional de Asociaciones.
Reciban todos y todas un saludo y abrazo afectuoso, muchas gracias por su cariño y amistad.
Ruth Morgan Muñoz
----Edición por Sergio Augusto Vistrain